Acción ciclista “Mobile City Scape” entre la escultura “Puertas al Viento” de Helen Escobedo y el Faro Tláhuac pieza en colaboración con la artista Sarah Gilbert (Pitzer College).
Mi primer encuentro con la obra de Helen Escobedo, me imagino es similar al de mucha de ustedes
Quienes como yo crecimos en la ciudad de México. Esto fue a los 10 años cuando pasaba algunos sábados con mis papás en CU, corriendo en el Espacio Escultórico, o viendo los juegos de líneas de colores que se abrían o cerraban, al apresurar o detener el paso alrededor de su escultura “Coatl”.
Después pasaron muchos años antes de que yo volviera a caminar alrededor de alguna escultura de Helen Escobedo, hasta hace unos meses y a propósito de una reciente colaboración junto con la artista norteamericana Sarah Gilbert para “La Cebada Arte y Comunidad” de Demián Flores y el Faro Tláhuac nos interesó trabajar alrededor de la escultura “Puertas al Viento”.
La escultura de Helen Escobedo igual que muchas otras de la ruta de la amistad es propensa a ser re localizada en un futuro, y esto se convirtió en una excusa para dialogar con el espíritu y orígenes tanto de la artista como del plan artístico ideado por Matías Goeritz hace 48 años.
De nuestros estudios y documentación al respecto, tanto a Sarah como a mi nos interesaron tres puntos en el trabajo de Helen Escobedo: el primero fue la necesidad de la artista por ampliar el alcance social del arte, tanto en su obra personal, como en el aspecto educativo, lo cual fue evolucionando y ejerciendo hasta conformar una de las contribuciones más importantes a la difusión y educación del arte en la segunda mitad del siglo XX en la ciudad de México.
Otro punto que nos interesó del trabajo de HE fue leer aquel recuento de que cuando ella vio la estructura de varillas que serviría de esqueleto para colar “ Puertas al Viento” quedó más interesada en ese acercamiento hacia la escultura, que en el resultado final. Esto cambió su percepción del espacio y de los materiales.
El tercero, es la imagen de una de sus obras llamada “Relieves de luz”, en la cual se observa sobre unos paneles de aluminio el reflejo distorsionada de las vías del ferrocarril en perspectiva.
En resumen, su interés por la educación artística, la percepción, la transparencia, el movimiento y la acción lumínica, detonó nuestro dialogo con su trabajo, ya que comparte cualidades intrínsecas al vidrio, material que ambas utilizamos mucho en nuestra práctica artística.
Quienes como yo crecimos en la ciudad de México. Esto fue a los 10 años cuando pasaba algunos sábados con mis papás en CU, corriendo en el Espacio Escultórico, o viendo los juegos de líneas de colores que se abrían o cerraban, al apresurar o detener el paso alrededor de su escultura “Coatl”.
Después pasaron muchos años antes de que yo volviera a caminar alrededor de alguna escultura de Helen Escobedo, hasta hace unos meses y a propósito de una reciente colaboración junto con la artista norteamericana Sarah Gilbert para “La Cebada Arte y Comunidad” de Demián Flores y el Faro Tláhuac nos interesó trabajar alrededor de la escultura “Puertas al Viento”.
La escultura de Helen Escobedo igual que muchas otras de la ruta de la amistad es propensa a ser re localizada en un futuro, y esto se convirtió en una excusa para dialogar con el espíritu y orígenes tanto de la artista como del plan artístico ideado por Matías Goeritz hace 48 años.
De nuestros estudios y documentación al respecto, tanto a Sarah como a mi nos interesaron tres puntos en el trabajo de Helen Escobedo: el primero fue la necesidad de la artista por ampliar el alcance social del arte, tanto en su obra personal, como en el aspecto educativo, lo cual fue evolucionando y ejerciendo hasta conformar una de las contribuciones más importantes a la difusión y educación del arte en la segunda mitad del siglo XX en la ciudad de México.
Otro punto que nos interesó del trabajo de HE fue leer aquel recuento de que cuando ella vio la estructura de varillas que serviría de esqueleto para colar “ Puertas al Viento” quedó más interesada en ese acercamiento hacia la escultura, que en el resultado final. Esto cambió su percepción del espacio y de los materiales.
El tercero, es la imagen de una de sus obras llamada “Relieves de luz”, en la cual se observa sobre unos paneles de aluminio el reflejo distorsionada de las vías del ferrocarril en perspectiva.
En resumen, su interés por la educación artística, la percepción, la transparencia, el movimiento y la acción lumínica, detonó nuestro dialogo con su trabajo, ya que comparte cualidades intrínsecas al vidrio, material que ambas utilizamos mucho en nuestra práctica artística.